2/08/2009

Me gusta bailar, hacer deporte y la zurrapa

ATENCIÓN: Este cuento contiene vocavulario que puede herir la sensibilidad del lector. Leelo bajo tu responsabilidad.



En un reino muy lejano, asomaba un castillo de entre las nubes, yacía en una montaña, mientras la vida circulaba dentro. Una joven princesa, recorría los jardines reales en busca de algo, el que, desconocía. Observando las flores, se percato de la insignificancia de un jardinero, que cuidaba de estas. Era un hombre de mediana edad, con rasgos bastos, manos como morcillas, y una predominante chepa. El sujeto en sí, le daba asco, y de la grima sintió un cierto calor chispeante entre sus muslos, pensaba lo pequeña e indefensa que era comparándose con esos grotescos brazos como troncos. Remirándoselo mejor, cayó en la cuenta de que su pantalón parecía deformarse por una fuerza de la naturaleza, de dimensiones descontroladas. Era la gota que colmaba su sed, de repente recordó las noches de cojines cabalgados, manos húmedas y total candor. La princesita no pudo más, e invitó al jardinero a sus aposentos.
Princesita: Cabrón, saca ese vergajo de cuajo, y dame con el badajo, que tienes trabajo.
El jardinero desconcertado por su humilde condición, no supo reaccionar.
Princesita gritando: ¡Que me folles subnormal!
Ante unas ordenes más precisas, el hombre cumplió su cometido y le dio al "pim pam".
La princesita, sumida ante la boa constrictor de su acompañante, se dejo llevar unos minutos, pero al rato añadió.
Princesita: Joder, que feo eres, ponte esta bolsa del Merkaddonna en la cabeza.
El sujeto accedió, no le quedaba más remedio, y la princesita siguió quemando pólvora. La treta sirvió para un ratito, pero no podía despegar los ojos de la chepa, y conscientemente cogió las sabanas que tenía a mano y lo cubrió casi al completo. Sin contacto visual, la joven princesita pudo desfogarse a gusto, para después sacar al hombretón a escobazos de su cuarto.
La experiencia, seminueva de la princesita, la hizo meditar:
Princesita en voz baja: Tal vez el placer no solo radique en el tamaño, pues bien ceporro y feo era el hombre, y el príncipe de mis sueños no puede ser solo así.
A la semana, la princesita rondaba de nuevo por los jardines de palacio, al lado de un pequeño estanque, un apuesto trovador recitaba poemas de amor:
Poeta: Si yo pudiera, robaría el color de los rostros oscuros, y levantaría el mar. Cogería las lágrimas de los últimos corales, y con lágrimas y color, pintaría de acuarelas tu cuerpo, con mis labios de pincel.
La princesa se emocionó ante el cumulo de palabras bonitas, y se encendió su cabeza, algo le dijo en la cabeza:
Cabeza de princesita: Es el.
Se paso toda la tarde oyendo al poeta y destiñendo la parte inferior de su lencería, hasta que al final añadió:
Princesita: Ho, apuesto trovador. ¿Sería tan cortés de acompañarme?
Poeta: Es un honor "Milady".
Subieron al picadero de la muchacha, y en cuanto la puerta se cerró la princesita ya mostraba su tetamen.
Poeta: ¿Tienes calor? Tu cuerpo está lleno de color.
Princesita: Saca la picha, y acaba con mi desdicha.
Poeta: ¿Mi… pirindola? Tan rápido no me mola.
La princesita solo oía lo que deseaba oír, y rápidamente los pantalones del poeta cubrían la moqueta, La princesita quedo decepcionada cuando abrió el regalo.
Princesita: ¿Qué quieres que haga con esto? ¿! Dónde está mi resto!?
Poeta: Soy todo lo que se ve. Soy un entrecot y ese es mi canapé.
La princesita intento apañárselas como pudo, pero se salía todo el rato.
Princesita: ¿No querías pintar mis labios con tu lengua de pincel? Pues empieza por estos.
Sin tiempo a una posible reacción, al poeta se le llenó la boca de "steak tataro".
Poeta: Glu glu.
Princesita: Ahahaha…
No quedo satisfecha, pero si entretenida, y le invito a abandonar la casa.
Princesita: No eres lo que estoy buscando.
A los días, la princesita, harta de contar con los dedos, volvió a pensar:
Princesita: Tal vez podría visitar a la sabia bruja, ella pondrá remedio a mi situación.
Fue a visitarla a los pantanos del reino, la bruja mezclaba ingredientes secretos en un caldero.
Bruja: Hola joven princesa. ¿Que te trae por aquí?
Princesita: Veras Bruja, últimamente no tengo suerte con los hombres, me salen rana todos.
La bruja hojeo un viejo libro llamado "necronomicoñ", y al rato respondió.
Bruja: Mmmm princesa, creo que tu problema es universal, tu lo que necesitas es un tío bueno que te ponga las pilas.
Princesita: ¡Exacto!
Bruja sonriendo: Princesa, te voy a dar unos polvos mágicos, solo tienes que coger un sapo y en la intimidad, rociarlo. Aparecerá el mas apuesto hombre que tus ojos pueden concebir.
Princesa contenta: Gracia bruja, le diré a mi papa que Torquemada no te queme, iban a hacer una redada de brujas la semana que viene.
La princesita se paso toda la tarde para cazar al sapo más hermoso del pantano. Ya entrada la noche pudo llevar al bicho a su alcoba. Lo lavó con mimo, y se puso guapa para el esperado encuentro. Tímidamente esparció los polvos en la piel del animal, y a los segundos hizo reacción. Una explosión de humo cubrió la zona, hasta que poco a poco una esbelta figura tomó forma. Sus músculos eran perfectos, su forma paradisiaca y su dentadura lineal y blanca. Era un Adonis, un portento, una driada hecha hombre, un dios en movimiento, era...El hombre.
Princesita empitonada: ¡Wow!, eres más perfecto que yo, y… ¡eres mío!
Adonis:…
Princesita: Y encima eres tímido y no tendré que escuchar tus problemas. ¡Eres lo que siempre soñé!
Adonis:…
Princesita: No temas. ¡Entre mis piernas estarás seguro para siempre!
Una mosca rondó por la habitación, de repente el Adonis dio un salto, saco la lengua, y se la comió.
Adonis: !Croack!
La princesa se percató de que el sapo, solo cambió su forma, ella la cambió. Pero solo era un sapo-hombre. Aún así estaba para mojar pan, y la princesa no desaprovecharía el premio que toda princesa merece en una vida justa.
Princesita: A ver, bonito, ven a la camita.
Adonis:!Croack!
La princesa lo cogió suavemente de la mano y lo llevo donde dormía asiduamente.
Princesa: Ahora vamos a hacer el amor tú y yo, estírate y yo haré el resto.
Tendió en la cama a su Adonis, y amorosamente se posó encima de él. Su miembro no estaba erecto, así que ella sonrió y bajo la boca hasta más allá del ombligo del Adonis, y se puso a succionar. No parecía servir de nada, y la princesa intentó esmerarse al máximo en la tarea. El Adonis acabo corriéndose y la princesa trago algo más que su orgullo. Unas lágrimas corrieron su maquillaje, era la primera vez que se enamoraba. En lo posterior, la princesa acompañó al Adonis al pantano, y por amor lo dejó en libertad.
Años más tarde, la princesa tuvo un sueño que la hizo meditar un tiempo. Tomó una decisión, y se puso a buscar al Adonis entre los pantanos, al poeta en el pequeño estanque, y al jardinero entré las flores. Los reunió a los tres en su habitación y les contó su plan.
Princesa: Después de muchos años de pensar he llegado a la siguiente conclusión. El amor surge de uno mismo, y lo que sentí con vosotros fue la anulación de mis debilidades, y eso es lo que me gustó de cada uno de vosotros. Esta noche, voy a sentirme completa. Jardinero, tengo una misión para ti.
Jardinero: Si mi ama.
Princesa: Cubre tu cuerpo con esas sabanas, y que solo sobresalga tu sexo. Poeta, tengo un encargo para ti.
Poeta: Si milady.
Princesa: Ponte debajo de los cojines, y cuando te lo diga, recítame palabras de amor. Adonis, tengo un trabajo para ti.
Adonis:!Croack! !Croack!
Princesa: Voy a ponerte en la cama, cubriré tu entrepierna con la del jardinero, y el poeta hablará por ti.
Los cuatro se pusieron en posición y culminaron el polvo perfecto, mente, perfección, fuerza y pasión juntas. De repente la puerta empezó a sonar:
Rey: Hola cariño, ábreme.
Princesa: ¡Ya voy papa!
El jardinero y el poeta se escondieron en el armario, mientras la princesa intentaba esconder al Adonis, pero era reacio a moverse. La princesa se vistió y el rey abrió la puerta.
Rey: hola hija… ¡Oh! ¡Hay un hombre desnudo en tu habitación!
Princesa: Estooooo… verás papa, no es lo que parece…
Rey: ¿Y que parece?
Princesa: Hoy paseaba por los jardines reales, y encontré un sapo, lo traje a la habitación y le di un beso. ¡Se transformo en hombre!
Rey: Lo entiendo hija, pero comprenderás que debo velar por tu honor. ¡Tendréis que casaros!
Princesa:!Perfecto!
Adonis: ¡Croack!
Se casaron y fueron muy felices en las orgias los cuatro, comieron perdices y algún mosquito.
Esa es la historia transmitida de hijas a padres, y de padres a hijos.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

ooohhhhhhhhh! sin comentarios, ninguno, ninguno.

Un besote grandote.

1:14 p. m., febrero 11, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Eooo hola!!
me gusta la historia de la pricesitaa por fin encuentra un principe en el sapo jajajaja que cosas.Espero que tu tambien encuentres una princesa pero que no sea sapo.

Noora

6:23 p. m., mayo 20, 2009  
Anonymous Anónimo said...

te da cuenta que en la vida no por buscar mas encuentras lo mejor!! un saludo es una gran historia me a gustado mucho ( angelikal )

11:43 p. m., septiembre 01, 2010  
Blogger Electrica Cullen Black said...

Un cuento muy divertido... Me duelen los mofletesde reir.

Y... aunque estaba advtida... he de admitir que me puse un poco rojita.

Me ha gustado mucho esta frase:(A veces las tienes geniales)"Se paso toda la tarde oyendo al poeta y destiñendo la parte inferior de su lencería"

6:29 p. m., abril 17, 2012  

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