10/21/2009

Mas vale alma en mano que 100 volando

A mil kilómetros de distancia nacieron 2 hombres. Ambos se llamaban igual, ambos nacieron al unisonó. Los 2 fueron a la escuela, los 2 fueron amados por sus padres, y los 2 eran hijos únicos. Por lo demás sus vidas eran casi iguales, a excepción de sus respectivos 1000 kilómetros. Una navidad saltó una diferencia, pues al primer hombre le regalaron 1000 euros, y al otro no. Este decidió guardarlos, y ambos se volvieron a acoplar a la misma parecida realidad. A pesar de tener una buena infancia y recuerdos, ambos tenían una mente despierta, y una profunda melancolía. Los 2 pasaron años tristes, y los 2 llegaron a la misma conclusión:
Hombre 1 y 2: Me falta algo.
Ambos pensaron en salir a buscarlo, y fueron a una tienda de todo a 1 euro. La tienda resultó ser un viejo almacén, de tamaño inmenso. Estuvieron viajando durante horas, mirando las estanterías que parecían no tener fin. En el tramo final, encontraron unas pequeñas cajas de madera. Había un letrero que ponía…
Letrero: Sección de almas.
Los dos estaban atónitos, no habían visto nada parecido en el pasado. Comenzaron a mirarlas con curiosidad, cada cajita era distinta. Cada una, reposaba sobre una nota, y ponía que tipo de alma contenía. A mil kilómetros respectivamente, investigaron cajas con los mismos nombres…
Hombre 1 y 2: Alma caritativa, alma sucia, alma salvaje, alma de niño, alma gemela… alma gemela… debe ser esto lo que me falta…
Miraron la pegatina con el precio y en ambos ponía:
Pegatina: 1000 Euros.
Allí sus vidas empezaron a diferenciarse, el primer hombre si tenía 1000 euros, pero el otro no. El primero sonrió y recogió la cajita con su alma gemela, y el otro simplemente se conformó. Siguieron mirando cajas, hasta encontrar una negra, en la nota había escrito con letra de niño:
Nota: Tu alma, última en stock.
Miraron la pegatina con el precio…
Pegatina: 1 Euro.
Esta vez fue el segundo hombre el que sonrió…
Hombre 2: 1000 euros no tengo, pero 1 si.
Hombre 1:1000 euros tengo, pero 1001 no.
Ninguno paso mucho tiempo decidiendo que comprar, se hacía tarde y en unas horas se haría de noche. Con sus respectivas elecciones, se fueron a la salida, para finalizar su compra.
Sus almas se balanceaban en una bolsa de plástico. Al llegar a casa, ambos fueron a sus camas, se taparon al completo con un edredón, encendieron una linterna… Estudiaron sus cajitas: La caja del primer hombre era rosa, olía a rosas y estaba bañada con un suave barniz. El primer hombre la abrió ansioso. Dentro había un pañuelo de pura seda, era rosa pálido. Sintió unas ganas terribles de dormir con en el cuello. Se lo hato a él y se durmió.
El segundo hombre inspeccionó su caja, era negra como el universo, olía a tierra, y estaba tallada a mano de forma casera. El segundo hombre la abrió con curiosidad. Dentro había un pañuelo de esparto, era color negro, y más bien parecía un trapo. Lo colocó debajo de la almohada y se quedo frito.
A la mañana, el hombre del pañuelo rosa tuvo un feliz despertar, salió a la calle y tropezó con una bella mujer, hecha para el…
El hombre del pañuelo negro despertó mareado, y a medida que iba pasando el día le dolía más y más el culo…
Pasaron 50 años, y un error informático cruzó unas cartas. Ambos hombres, cercanos a la muerte, se dieron cuenta que tenían un doble. Ambos cogieron el coche a la vez, y se dispusieron a conocerse. Cuando llevaban 500 kilómetros hubo una gran colisión, chocaron en un impacto de metal. Entre las alambradas de hierro y el fuego de humo, reposaban los dos hombres, estaban atravesados por la misma barra de acero. Ambos parpadearon, y se vieron a sí mismos. Eran idénticos, hasta iban vestidos igual. Su única diferencia eran los pañuelos que llevaban en el cuello.
Hombre 1: Parece que eras tú lo que me faltaba, ahora me siento en paz.
Hombre 2: Yo ya me sentía en paz ¿Es tu alma la que llevas colgada del cuello?
Hombre 1 señalando un pañuelo negro en su cuello: No, es mi alma gemela. Al principio mis almas gemelas eran rosas y delicadas, pero con el tiempo cambiaban, y dejaban de amarme, así que compraba una nueva cada vez. Con el tiempo los pañuelos eran más oscuros. Viví toda mi vida necesitando y ansiando almas gemelas, pero…
El primer hombre sonrió y se encogió de hombros.
Hombre 1: ¿Es tu alma gemela la que llevas colgada en el cuello?
Hombre 2 señalando un pañuelo rosa en su cuello: No, es mi alma. Al principio mi alma era negra y áspera, pero con el tiempo cambió, y empecé a amarla, y dejé de necesitar la perfección, porque de alguna forma ya residía en mi si me aceptaba y amaba tal como soy. Con el tiempo el pañuelo se volvió rosa. Viví toda mi vida dando y compartiendo, podía amar a cualquier alma…
Hombre 1 sacando sangre por la boca: Gracias hermano, estoy muy débil, creo que nos conocemos y despedimos aquí…
Hombre 2 intentando levantarse: Quiero vivir y que vivas hermano, la vida no acaba aquí…
El segundo hombre, empezó a deslizar su cuerpo con gran esfuerzo y dolor por la barra de acero, hasta que consiguió separarse de esta. Se alzó y cogió al primer hombre en brazos, y lo llevo a un claro de hierba.
Hombre 1: Gracias… hermano… ojala… pudiera…vivir… para… agradecértelo.
Hombre 2: Mientras yo viva, tu agradecimiento vivirá en mí.
El primer hombre murió, y en su cuello, el pañuelo, tenia grietas rosas.



Dedicado a la sonrrisa de Lidya y Ginna.

1 Comments:

Anonymous marina said...

Es muy bonito, pero tan triste:(

Besines.

11:23 p. m., octubre 24, 2009  

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