12/24/2009

Las caretas de los dioses

Un acto reflejo reiterado del pensamiento es etiquetar. Necesitamos esa clasificación para saber para qué va a servirnos algo. En los albores de los tiempos, el hombre comprendió como cosas como la agricultura, el amor, la guerra, o demás, necesitaban controlarse, y asignó poderes divinos independientes a esos eventos. Hizo dioses de lo que parecía azar, para poder tener un mínimo control sobre los elementos que escapaban a sus razones. El hombre humanizó a sus dioses y los dotó de ira, capricho y amor. Los adjetivos humanamente otorgados podían ser satisfechos, y sacrificios y consagraciones se manifestaron en pro del deseo y miedo. El ego es una actitud de la humanidad, necesaria para marcar posesiones, un dios no puede tener posesiones, pues ya tendría todo; de que puede servirle a un dios un rezo, ¿acaso un dios puede tener autoestima, o variar su poder? ¿Puede odiar o ser piadoso un ser sin la capacidad de juicio? El juicio es un concepto abstracto virtual, para definir los hechos, es autodefensa y auto placer, pero un dios no tendría que poseer ni dolor ni gusto, eso son extensiones de la vida, para premiarnos o castigarnos cuando algo es “bueno” y “malo” para nuestra programación genética. Pero un dios, tampoco tendría que tenerla, un dios tendría que ser una conciencia aparte del bien y del mal. Un dios no puede ser observador, pues el aburrimiento es un estratagema de los organismos, para evitar el sedimentarismo . Pero un dios, tiene que ser infinito, llegar a cada recodo, ser estático en todo átomo. Creo que un dios no nos condicionaría ni se ofendería, nos daría total derecho de elección, nos abandonaría a nuestra suerte, porque él solo sería algo que está allí, influyendo en la vida misma. Estos dioses, tienen una consciencia muy distinta a nosotros, es una forma enteramente global, omnipresente. Estos dioses se conocen ya, y pasan desapercibidos por su naturalidad, son 4 como mínimo en el universo conocido. Son las leyes de la física, la gravedad, la fuerza nuclear débil, la fuerte, y la electromagnética. Están en todo el universo, y lo rigen, tal vez sean formas de conciencia inimaginable, que dictan la materia, y porque no, la espiritualidad.