12/29/2009

Eres lo que comes, no lo que cagas

Llamaban al teléfono, no paraban, ya tenía adjetivos para quien fuese sin siquiera conocerlo, intentaba deducir quien era por sus intervalos e insistencia. De fondo sonaba una canción aleatoria que dejé puesta al irme a dormir, música con jadeos de mujer de fondo, una hermosa combinación. Estaban atacándome sensaciones por muchos flancos, el sonido del teléfono, averiguar si era importante la llamada, mucho sueño, música pegadiza, jadeos que me hacían pensar en alguna mujer; al cabo de unos segundos las sensaciones se multiplicaron, y a ellas mi pasión por entenderme y compartirlo. Mi cabeza debía ser un caos de reacciones químicas contradictorias, y yo era una pequeña isla a la deriva. Soy materia consciente, pero dentro de un cuerpo lleno de conciencia también. Mi cuerpo quería dormir más, saber si era necesario levantarse, vibrar con la música, identificarla y tener sexo con una mujer y hacerla jadear. Fue al cabo de unos segundos, cuando pude reaccionar un poco, seguía en la desconexión del sueño, como un espectador pasivo. Solo una pequeña parte de mi reclamaba los mandos del robot vivo de carne. Las sensaciones se fueron disipando y no sin lucha propia acabo la batalla conmigo supuestamente de líder sobre las otras alimañas. Pequeñas programaciones que forman el ego. La evolución dispuso como una especie de juez mediador, al que dotó de una conciencia más universal, aunque esta conciencia, sobrevive en un paraje hostil llamado cuerpo. Requiere adaptación al ecosistema corporal, y regirse por ciertas normas. La evolución fue perfecta en su evolución, y al igual que proporcionó a la mente mecanismos para la dominación parcial del organismo, también le dio a este medios para manejar a la mente. Si no fuera suficiente la lucha exterior, está presente la interior. La conciencia humana quizás tiene 3 niveles, y al igual que un edificio, se necesita pasar siempre por el piso intermedió para acceder a los extremos. Creo que existe una conciencia básica, que llamaré animal, o planta -1. Es cuando la mente se rinde y se cristaliza, ya no hay patrones de cambio, solo una derrota ante las sensaciones. El lenguaje de la mente acaba siendo corporal, y en cierta forma la mente se solidifica en acciones, es curioso ver como otros cuerpos se enamoran de otros cuerpos. El segundo estado seria la conciencia humana, o planta 0, donde hay una mezcla de mente y cuerpo. La mente se deja llevar y a veces el cuerpo también, el subconsciente busca un equilibrio, y el consciente obra en consecuencia, tal vez sea el estado más numeroso de individuos. La planta 1 es la conciencia del raciocinio, donde las ideas prevalecen. Tal vez sea un estado temporal, no he conseguido aguantar allí mucho tiempo, pero parece ser un lugar donde el cuerpo se rinde ante la seguridad de la mente, se deja aconsejar y calmar. Es importante no olvidar, que la consciencia mental, necesita de medios, y por lo tanto, siempre estará limitada a estos, pero esperemos, no acabar estar trabajando para ellos, y no al revés, pero parece ser, que la conciencia solo es un mecanismo para cuidar los medios, tal vez la naturaleza cometió el error de dotarnos de una mínima libertad de acción, o tal vez, esas sean solo un par de jugadas antes del “jaque mate”.