3/29/2010

Sueños

Hoy dormí fuera de casa, bajo un techo sostenido por maderos viejos. A pesar de intimidarme estos factores, soñé favorablemente, con mi sueño más recurrente, la escuela. En esta ocasión, la profesora era la Srta. Marisol, la profe de sociales. Ella preguntaba sobre las diferencias tecnológicas de los siglos pasados, y la actual. En esta ocasión, yo llegué tarde a clase y me pusieron un negativo (restaba 0.5 puntos en la evaluación). Los niños contestaron varias puntualizaciones, siempre rascando la superficialidad de la respuesta, hasta que me tocó a mí. Metí un gran discurso improvisado, enlazando las ideas de mis compañeros, redirigiéndolas, y girando el punto de vista de la propia pregunta. El resultado fue, un discurso parecido a mis escritos, y la admiración de la profesora, hasta me quitó el negativo. Algo de mi intuición, me da a creer, que los sueños son sumamente importantes y personales en la interpretación, no suele haber una guía concreta, solo para personas que piensan de forma concreta, para esas personas si es válida una base para cerebros “normales”. Para mí es muy importante que mi subconsciente (un 33% de las conciencias que me forman) empiece a reconocer de manera “pública” (sueños), su valía, llegando a sorprender a los “entes” que viven en el recuerdo. Quizá hoy entiendo, que conforme los profesores iban renovándose en los cursos, mi cerebro también lo hacía y su manera de procesar, no era la de un libro de texto. Allí comenzó mi fracaso escolar, los 3 cursos que repetí. Me daba miedo ir al colegio, era algo vergonzoso, me dormía. No me entraban los conceptos mecánicos, eran aburridos, y mi actitud mimética. Un ejemplo de ello, es la música: con música, mi mente parece estar en sintonía, más integrada en las 3 conciencias. Pero en cambio, cuando la música no es de mi agrado, me siento dividido y confuso, me vuelvo tosco y hueco, soy un yo muy tú. Tal vez por eso, ha sido tan difícil la integración de muchas mentes a una sociedad tan estandarizada. Se trabaja a diferentes frecuencias, y en vez de adaptarse a ellas, se crean conflictos de fracaso y marginación. Creo que mis profesores solo quisieron enseñarme cosas, era su trabajo, pero solo uno quiso aprender lo que yo podía enseñarle, mi profesor de literatura. Que casual, que acabase siendo escritor.

PD: Es muy emocionante sentir, como la aventura de auto explorarse, da sus frutos, y como cuerpo y subconsciente, trabajan de forma pasiva en una mejora generalizada de los estados de ánimo.